A las siete de la mañana del día 26 de diciembre cogimos el bus camino de Madrid. La noche anterior no había dormido nada, tenía tantos nervios que no pegué ojo en toda la noche. Por eso (y por llegar a Madrid también) tenía unas ganas locas de subir ya al ALSA. La estación de buses estaba cerrada y hacía mucho frío. Para...
- 2.1.17
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